El envejecimiento de la población y la urbanización son dos temas importantes de preocupación mundial en el siglo XXI. Mientras crecen las ciudades aumenta además el porcentaje de residentes de 60 años o mayores. La rápida urbanización plantea un reto tanto a los gobiernos nacionales como locales en el desarrollo de ciudades inclusivas e integradas.
Hoy, en el Día Internacional de las Personas de Edad, debemos velar por que las ciudades respondan a las necesidades de las personas de todas las edades y las personas de mayor edad formen parte de la vida urbana en el mismo grado que sus contrapartes más jóvenes.
El tema de este año, la Sostenibilidad e inclusividad de las personas de edad en el medio urbano, se ajusta perfectamente a los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible recientemente aprobada: ¡No dejar a nadie rezagado! Juntos debemos velar por que las personas de edad se integren plenamente en la vida económica, social, política y cultural de las ciudades.
¿Qué podemos hacer para que nuestras ciudades sean más inclusivas? Podemos empezar velando por que se incluya tanto a personas más jóvenes como de las generaciones de mayor edad en el proceso de planificación urbana y que se tomen en cuenta igualmente sus problemas, sus necesidades y sus preocupaciones.
Necesitamos un criterio relativo a la planificación urbana que se centre en el bienestar a lo largo del ciclo vital. Debemos invertir en los jóvenes hoy promoviendo hábitos saludables, velando por la educación y el empleo, y dando a todos los trabajadores acceso a servicios de salud y a la cobertura de seguridad social. Esta es la mejor inversión para mejorar la vida de los jóvenes, ayudar a reducir el aumento de la emigración, y mejorar la vida de las generaciones futuras de personas de edad.
Al mismo tiempo, debemos prestar servicios accesibles de atención de salud, oportunidades de aprendizaje y readiestramiento a lo largo de la vida, y empleo flexible para que las personas de mayor edad mejoren su bienestar y faciliten su integración en las comunidades.
El fortalecimiento del capital humano velando por el empoderamiento, la educación y el empleo de todos los ciudadanos tendrá un alto rendimiento respecto de la inversión y ayudará a los países a cosechar un dividendo demográfico que pueda sacar a millones de la pobreza. Crear esperanza y oportunidad para que los jóvenes desarrollen plenamente su potencialidad podrá impulsar el progreso en los próximos años y, en definitiva, dar como resultado un segundo dividendo demográfico de personas de edad más sanas, con mayor ingreso y más productivas.
Hoy instamos a los líderes políticos y a los planificadores urbanos a que colaboren para velar por un medio urbano inclusive para todas las edades. Esto significa prestar atención en particular a importantes pilares de la vida urbana, como la vivienda, el transporte, los servicios sociales básicos y la atención de salud para hacerlos propicios a las personas de edad. Significa crear una sociedad sin edad, caracterizada por un medio físico urbano que facilite la movilidad y la seguridad personal. Significa crear un medio social urbano que aliente el respeto, la inclusión social y la participación. Y significa proteger los recursos naturales, preparándose para los desastres naturales, y reduciendo el riesgo de manera que las generaciones actuales y futuras puedan mirar con esperanza hacia un futuro sostenible.
Hoy instamos a los líderes urbanos a que velen por la protección de los derechos humanos de todos los residentes de la ciudad, incluidos los ancianos, que son más vulnerables, y a que refuercen la tolerancia cero respecto de la discriminación, la negligencia, la violencia y el abuso de las personas de edad.
Velar por la sostenibilidad y la inclusividad de las personas de edad en el medio urbano significa crear una sociedad para todas las edades en que se escuchen las voces de todas las generaciones y en que se satisfagan las necesidades tanto de los jóvenes como de las personas de edad. Significa empoderar a los jóvenes y a las personas de edad para que participen plenamente en la vida económica, social y política de sus comunidades. Significa reunir datos sobre los residentes urbanos y sobre sus necesidades y procurar que se satisfagan apropiadamente. Significa además compartir experiencia acerca de lo que hace que una ciudad sea un buen lugar para que vivan tanto los jóvenes como las personas de edad.
Las ciudades propicias a las personas de edad no solo son propicias a los más ancianos. Son mejores para todos.