En el Programa de Acción de 1994 de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, los Gobiernos se comprometieron a garantizar el derecho de las personas a tomar decisiones fundamentadas sobre su salud sexual y reproductiva como una cuestión de derechos humanos fundamentales. Ahora, casi 25 años después, sigue siendo necesario asegurar que las personas tengan acceso a los medios oportunos para decidir libre y responsablemente el número, el momento y el espaciamiento de los embarazos.