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Managua, 17 de Octubre 2017. El Informe Estado de la Población Mundial “Mundos Aparte, la salud y los derechos reproductivos en tiempos de desigualdad”, evidencia cómo las inversiones en salud sexual y reproductiva, la reducción de la violencia por motivos de género, incluyendo la  violencia sexual, la educación integral de la sexualidad y medidas orientadas a facilitar una mejor y mayor incorporación de la mujer en los mercados de trabajo, son elementos claves para un crecimiento económico de base ancha que tenga mayor efecto en el bienestar de las personas, las familias, comunidades y el país.

La desigualdad de género y la disparidad en el disfrute de la salud y los derechos sexuales y reproductivos son aspectos fundamentales para el desarrollo. Aunque ninguna de estas dimensiones explica por completo la desigualdad en el mundo actual, son piezas esenciales que demandan mayor iniciativa. De lo contrario, muchas mujeres y niñas permanecerán atrapadas en un círculo vicioso de pobreza, con capacidades reducidas, e imposibilidad de desarrollar su potencial, -aclara el informe-.

 “No dejar a nadie atrás”

De acuerdo al Estudio, la desigualdad no es inevitable, y al mismo tiempo, es uno de los desafíos claves para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como para reducir las disparidades en el acceso a salud reproductiva, afianzar los mecanismos de prevención de la violencia de género y sexual y fortalecer la educación integral de la sexualidad.

En Nicaragua el Bono Demográfico es una oportunidad única

Nicaragua cuenta con la enorme oportunidad del Bono Demográfico, la que se explica como el período en el que la población de menores de 15 años se ha estabilizado en términos de cantidad y proporción de personas y es el grupo comprendido entre los 15 a 64 años –la población económicamente no dependiente y por tanto productiva- que está creciendo tanto en volumen como en proporción hasta el año 2035, generando beneficios para el desarrollo del país.

Esta realidad es una oportunidad y al mismo tiempo un reto para continuar priorizando la inversión social –en salud, educación y protección- en los más vulnerables, poblaciones rurales, pueblos indígenas y afrodescendientes y de más bajo ingreso para conseguir una ruta segura que permita el alcance de las metas de desarrollo en el plazo consensuado.

En Nicaragua, las leyes, normas y políticas relacionadas con los derechos de adolescentes, jóvenes y mujeres han avanzado de forma importante en los últimos 20 años, fortaleciendo el derecho al acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y la educación integral de la sexualidad, estableciendo sanciones específicas para delitos sexuales cometidos contra menores de 18 años, elevando la edad mínima para el matrimonio e igualándola para ambos sexos, estableciendo normas para el acceso a consejería sobre planificación familiar y fortaleciendo los mecanismos para la prevención del embarazo en adolescentes.

El informe de UNFPA resalta el potente rol que la educación de calidad y adecuada a la edad supone para las niñas y adolescentes en la construcción de sus trayectorias de vida. La evidencia en el caso de Nicaragua reafirma este hallazgo, mostrando cómo las adolescentes sin educación tienen 5 veces más probabilidades de unirse con un hombre mayor de edad antes de cumplir 18 años, en comparación con las que están estudiando secundaria. Por otro lado, la fecundidad en las adolescentes es 3 veces más alta entre las que no tienen ningún grado de educación en comparación con las que estudian algún nivel de secundaria.

Nicaragua cuenta con importantes avances

Nicaragua implementa un Modelo de Salud Familiar y Comunitario (MOSAFC) que integra los servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo a adolescentes. Así mismo, se han realizado en los últimos años importantes esfuerzos en la mejora del sistema logístico de insumos médicos y el compromiso del Gobierno en la compra de insumos de salud sexual y reproductiva. Entre algunos avances seleccionados se destacan:

-  La tasa de uso de anticonceptivos se incrementó del 72.4% en 2006/7 a 80% en el 2011/12, los anticonceptivos modernos son el 77.3%.

-   Las necesidades insatisfechas en materia de planificación familiar disminuyeron del 23.9% de las mujeres en edad reproductiva en 1993 al 10,7% en 2007 y al 5.8% en 2011/12, así mismo la brecha urbano-rural en el acceso a anticonceptivos modernos se redujo del 11% en el 2001 a 3.7% en el 2011/12 (ENDESA, 2011/12).

- Según el informe de Gestión en salud 2014, publicado en junio del 2015 por el MINSA, la razón de mortalidad materna (RMM) disminuyó de 73.3 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos en 2000 a 67 en 2010 y 37.9 en el año 2014.

-  La Educación Integral de la Sexualidad fue incluida en la curricula educativa formal como tema transversal y se cuenta con materiales para capacitar a docentes para su abordaje.

 Oportunidades para continuar avanzando

Si bien la fecundidad adolescente se redujo de 106 (por 1 mil adolescentes) en el año 2006/7 a 92 en el año 2011/12 (ENDESA 2011/12, entre 2011–2015, ocurrieron un promedio de 1,705 nacimientos en niñas de 10-14 años, de estas, el 78% refirió estar unida. (Compendio de estadísticas vitales 2011-2013 y compendio de estadísticas vitales 2015. INIDE, 2015).

A pesar de los avances, las adolescentes aún tienen menor acceso a los servicios de salud que las mayores, y dentro de estas, las rurales, las de menor nivel educativo y menor quintil de bienestar tienen mayor prevalencia de uniones antes de 18 años, mayor incidencia de embarazo temprano y mayor demanda insatisfecha en planificación familiar.

De acuerdo con la ENDESA 2011/12, la proporción de mujeres de 20 a 24 años que informaron haberse unido o casado antes de los 18 años fue de 35.2%.

Al 2015, los y las adolescentes representaron el 25.2% de las nuevas personas detectadas (incidencia) con VIH (Situación de la epidemia del VIH al 2015. MINSA, febrero 2017).